De acuerdo con un informe de la ONU, actualmente dos mil millones de personas viven en situación de inseguridad alimentaria moderada o grave, es decir que no poseen una alimentación saludable, de calidad o en cantidad suficiente para suplir sus necesidades.
Destacando en este tema, América del Sur gana relevancia en la región de América Latina y el Caribe, siendo el subcontinente con el mayor número de personas sufriendo con casos de desnutrición.
Sin embargo, al mismo tiempo, en algunos lugares del planeta el hambre no es el problema, sino la alimentación inadecuada. Responsable de desencadenar problemas de salud graves, como la obesidad, la alimentación no saludable totaliza 40 millones de niños menores de cinco años con sobrepeso, según el informe de la ONU citado anteriormente.
Aun hoy, la población demanda cada vez más que las ciudades faciliten el acceso a la alimentación saludable, mientras que la agenda internacional las convoca a tomar posiciones fuertes en la lucha contra el cambio climático, toda vez que la urbanización masiva genera cuellos de botella en la logística de distribución de alimentos: el 69% de las emisiones de GEI en Brasil, por ejemplo, están relacionadas a actividades agropecuarias y a la deforestación asociada a ellas.
Por eso, concretar acciones para alcanzar sistemas alimentarios saludables para las personas y para el planeta es un papel cada vez más fundamental de las ciudades, para que sean resilientes a las vulnerabilidades climáticas y económicas.
En este contexto, ICLEI América del Sur, red de gobiernos locales comprometidos con el desarrollo sostenible, entiende que cuando las políticas públicas orientadas a la alimentación son integradas, coherentes, construidas de forma participativa y basadas en visión sistémica de la alimentación, las mismas son capaces de entregar resultados eficientes, duraderos, legítimos y eficaces. Por ello, es necesario pensar de forma integrada los desafíos de los sistemas alimentarios urbanos y estimular que los gobiernos locales inserten los sistemas alimentarios en el desarrollo urbano y territorial de forma interconectada con la sostenibilidad de otros sectores, como el transporte, el uso del agua y del suelo, la gestión de residuos y la infraestructura verde.
«Es cada vez más urgente entender y analizar las diversas barreras que impiden a los gobiernos locales y subnacionales conquistar sistemas de alimentación más sostenibles. Solo así será posible garantizar acciones que combatan la emergencia climática al mismo tiempo que garanticen la salud de la población en las ciudades», afirma Rodrigo Corradi, secretario ejecutivo adjunto en el ICLEI América del Sur.
Día Mundial de la Alimentación
Celebrado el 16 de octubre, el Día Mundial de la Alimentación fue creado con el objetivo de promover una reflexión sobre el marco actual de la alimentación mundial.
La fecha fue elegida por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que, a su vez, fue creada el 16 de octubre de 1945 con el fin de garantizar la seguridad alimentaria de todos y garantizar que las personas tengan acceso a alimentos de calidad para tener una vida activa y saludable.
Cada año, la jornada del Día Mundial de la Alimentación aborda temas que fortalecen reflexiones sobre la población necesitada, su seguridad alimentaria y nutrición. Con base en el tema elegido, diversas actividades artísticas, deportivas y académicas se llevan a cabo en todo el mundo. La primera conmemoración de la fecha ocurrió en el año 1981, cuando el tema abordado fue «La comida viene primero» y, temas como «pobreza rural” (1985), Sistemas alimentarios saludables” (2013), «El clima está cambiando, alimentación y la agricultura también” (2016) y » Dietas saludables para un mundo de #fomezero” (2019).
Al entender la importante relación entre los asuntos climáticos y alimentarios y el protagonismo de las ciudades para lidiar con los desafíos, ICLEI América del Sur actúa en pro de la promoción del acceso al conocimiento, asociaciones y capacitaciones que generan cambios sistémicos para minimizar uno de los grandes desafíos para las ciudades: el de garantizar sistemas alimentarios sostenibles y una dieta saludable a todos sus habitantes.
LUPPA
Para contribuir con esa visión más resiliente e integrada en relación a los sistemas alimentarios, fue desarrollado el Laboratorio Urbano de Políticas Públicas Alimentarias (LUPPA), una iniciativa del Instituto Comida del Mañana, que cuenta con el apoyo del Instituto Clima y Sociedad y del Instituto Ibirapitanga (ICS), en colaboración con ICLEI América del Sur y Reos Partners. El programa actúa como una plataforma colaborativa que tiene como objetivo facilitar la construcción de políticas alimentarias municipales integradas, participativas y con enfoque sistémico.
Con el fin de apoyar la temática, en el último mes el programa lanzó convocatorias dirigidas a ciudades de hasta 1,5 millones de habitantes para gestores de ciudades que ya han consolidado políticas relacionadas con sistemas alimentarios y quieren apoyar en la mentoría de ciudades participantes, además de instituciones gubernamentales y no gubernamentales sin fines de lucro que quieran apoyar la realización del LUPPA.
El programa también organiza una serie de 5 webinarios que se presentarán a lo largo de 2021 para debatir la importancia del tema. Hasta el momento se han realizado 4 webinarios, que han abordado temas como «Políticas alimentarias integradas para ciudades resilientes» y «Ciudades, comida y resiliencia climática». Los próximos eventos se pueden verificar en el sitio web del Instituto Comida del Mañana.
Todas las transmisiones estarán disponibles en el sitio web de Comida del Mañana:
https://luppa.comidadoamanha.org/agenda
Apoyo a las ciudades
Además de promover los avisos LUPPA, ICLEI América del Sur también desempeña un importante papel promoviendo eventos como Diálogo Independiente sobre Sistemas Alimentarios, importante para el compromiso de las ciudades latinoamericanas-estadounidenses comprometidas con el desarrollo de sistemas alimentarios sostenibles. El evento fue organizado por la FAO y el ICLEI América del Sur y reunió a 40 gobiernos locales, 27 instituciones de la sociedad civil, redes de ciudades y organizaciones internacionales, además de 10 universidades para establecer una sola voz en la garantía del derecho humano a la alimentación y a la nutrición, en la lucha contra el desperdicio, en la promoción de la producción agroecológica y en la construcción de políticas alimentarias circulares y resilientes, involucrando a todos los sectores de la sociedad. A partir del Diálogo, se han propuesto las siguientes recomendaciones: la inclusión de la agenda de alimentación saludable y producción de alimentos sostenibles como criterio obligatorio para la asignación de recursos relacionados con la lucha contra la crisis climática; en la declaración final de la Conferencia sobre Sistemas Alimentarios, las ciudades latinoamericanas proponen que los países incluyan a los gobiernos locales en sus políticas nacionales, especialmente las ciudades, proporcionando recursos financieros y técnicos, así como directrices para la formulación de sus políticas públicas locales; la creación de un programa de cooperación entre ciudades, con el objetivo de destacar las mejores prácticas y divulgar ejemplos replicables de políticas locales.
Asimismo, a través del asesoramiento y la oferta de recursos a las ciudades de la Red ICLEI, la organización apoya en la viabilización y construcción de planes y políticas alimentarias sostenibles. Ejemplos de ciudades destacadas en esa temática son Belo Horizonte (MG), que posee un extenso historial participando de Agendas Internacionales, como en el Pacto de Milán, en la articulación en redes como el City Food y en el compromiso con otros acuerdos internacionales, además de incentivar la participación ciudadana y políticas públicas que fortalecen la relación de estímulo al diálogo permanente en la creación, consolidación y control de los programas, proyectos, servicios y acciones de seguridad alimentaria y agroecología.
Lima, asociada a ICLEI desde 2018, también es un ejemplo de estas ciudades, pues aunque es una ciudad en constante crecimiento demográfico, contempla en su Plan Local de Cambio Climático acciones que garantizan la seguridad alimentaria y salud, con la creación de parques y áreas verdes.