Las grandes ciudades tienen cada día retos más grandes para afrontar la movilidad de sus ciudadanos y ciudadanas. Sea hacia el trabajo, el estudio, la vivienda o hacia otras actividades, el desplazamiento de un lugar a otro en escalas masivas es una gran fuente de contaminación ambiental, incluso si tenemos en cuenta el uso de los servicios de transporte público como buses, metros o taxis.
Por fortuna, una de las grandes soluciones ante este escenario es también un medio de transporte diferente: la bicicleta, ahora replanteada en el mundo como una forma verde de movilidad no solo concebida para recreación o el ejercicio físico de las personas sino para el transporte diario, y que en este contexto tiene la importante característica de que no produce ningún tipo de emisiones al ambiente.
Cada vez más, las ciudades del mundo están apostando por este medio como una contribución y un complemento sustentable frente a las realidades actuales del transporte público. Esta acción la están llevando a cabo no solo al generar incentivos para que las personas usen las bicicletas, sino creando grandes sistemas dentro de las ciudades -paralelos al transporte público- para permitir el mayor movimiento posible de estas, con cada vez más estaciones, vías, parqueaderos y facilidades para los bici-usuarios.
Este es el marco en el que fue realizado, el pasado 21 de julio, el conversatorio “Bicicletas Eléctricas, alternativa de movilidad sostenible e incluyente: experiencias, retos y oportunidades”. El evento contó con representantes del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA), de Ciudad de México y de Río de Janeiro.
El conversatorio estuvo enfocado en mostrar las diferentes características y particularidades que las ciudades tienen implementadas en sus sistemas de transporte en bicicleta. Los representantes conocieron los avances que han tenido sus contrapartes en los últimos años, como la implementación de nuevas tecnologías y formas de uso de los sistemas para atraer más usuarios, e incluso para sostenerlos durante la pandemia generada por el Covid-19.
Dentro de las ideas principales que se trataron durante la conversación estuvo el tema de las bicicletas eléctricas. En Río de Janeiro y en Ciudad de México ya existe la posibilidad de usarlas, mientras que en el sistema de bicicletas de Medellín y su Área Metropolitana este proceso aún no ha sido implementado. No obstante, se reconoció la importancia de que la ciudad colombiana pueda continuar adelante con esto, pues la topografía escarpada de Medellín requiere que en ocasiones hayan bicicletas capaces de transportar a sus usuarios por lomas empinadas.
Esto, por supuesto, ayudaría a crecer en gran medida el sistema en la ciudad en términos de alcance, por lo que las bicicletas eléctricas pueden revolucionarlo de manera positiva.
El AMVA, a través de su director Juan David Palacio, reconoció la importancia capital de que los sistemas de transporte en bicicletas “puedan ayudar a movilizar a las ciudades y las regiones para ser sostenibles e incluyentes”, además de impulsar un estilo de vida sano para sus habitantes.
El financiamiento de estos sistemas también es un punto importante sobre el que las ciudades compartieron experiencias: mientras que en Río y en Ciudad de México el uso de los sistemas de bicicleta requieren una membresía paga, el servicio que se presta en Medellín es gratuito. Al respecto entonces las ciudades mencionaron las maneras como los sistemas han sido financiados y sostenidos en el tiempo. De la misma manera, los representantes discutieron sobre el aspecto de multimodalidad de los sistemas de bicicletas, pues en las tres ciudades estos se encuentran integrados a otros medios de transporte público, por lo que la oferta de movilidad de las personas siempre les permite llegar más lejos.
Al respecto, Ireri Brumón subdirectora de Sistemas Ciclistas de México, resaltó que el transporte de los ciudadanos es uno de los más grandes retos para Ciudad de México, y que sus habitantes en ocasiones requieren hasta dos horas para movilizarse hacia sus espacios de trabajo o estudio. Por esto, entonces, el sistema de bicicletas no solo es una alternativa sustentable de transporte, sino que es un claro desahogo para la movilidad de una ciudad que enfrenta esta situación.
ICLEI Colombia proporcionó este espacio para que distintas ciudades puedan compartir ideas y llegar a soluciones más prácticas en términos de movilidad sustentable. Del conversatorio quedó la idea de replicar el encuentro en otras oportunidades e incluso con nuevos actores.
Los representantes del AMVA reconocieron durante el evento que se beneficiaron de los aprendizajes de los modelos de Río y Ciudad de México para explorar sus opciones de movilidad verde. ICLEI espera poder organizar futuros intercambios, también con otras ciudades, para acelerar la transición hacia la movilidad sustentable en el mundo.