Considerado el poseedor de la mayor biodiversidad del planeta, Brasil ha dado un paso más hacia el desarrollo de la agenda de la biodiversidad. El 4 de marzo, el país se adhirió al Protocolo de Nagoya, que regula el acceso y la distribución de beneficios, tanto monetarios como no monetarios, de los recursos genéticos de la biodiversidad, convirtiéndose en el 130º país en hacerlo.
El protocolo es un acuerdo internacional complementario al Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) que busca consolidar el principio de reparto justo y equitativo de los beneficios derivados del uso de recursos como plantas, animales y microorganismos, así como el conocimiento de los comunidades.
Con esto, el país comienza a gozar de una mayor transparencia y seguridad jurídica en relación a los derechos y normas en las relaciones internacionales, ya que el instrumento establece condiciones predecibles para el acceso a dichos recursos.
“La ratificación del Protocolo de Nagoya es un paso importante en el proceso de desarrollo sostenible en Brasil y en la valorización de los activos ambientales brasileños. Hemos seguido, a nivel global, la degradación de la biodiversidad a una escala sin precedentes y, en este contexto, se hace cada vez más imprescindible implementar acciones y políticas públicas enfocadas a reducir, restaurar y ampliar las acciones de preservación de nuestros territorios. ”, Defiende Rodrigo Perpétuo, Secretario Ejecutivo de ICLEI America del Sur.
El Protocolo de Nagoya en la práctica
Las reglas establecidas al adherirse al Protocolo de Nagoya abordan aspectos relacionados con el pago de regalías, el establecimiento de empresas conjuntas (asociación de empresas), el financiamiento de la investigación, el intercambio de resultados y la transferencia de tecnologías y capacitación.
Otro punto importante tiene que ver con la preservación de las comunidades tradicionales, que comienzan a ser pagadas por las empresas que utilizan sus recursos y capacidades, a partir de la creación de protocolos comunitarios y el establecimiento de requisitos mínimos para el acceso a este conocimiento.
Este carácter equitativo y centrado en las personas contribuye a la construcción de comunidades más justas, habitables e inclusivas y es una de las vías de desarrollo adoptadas por el ICLEI para promover cambios sistémicos a nivel subnacional. Además de los otros cuatro caminos: bajo en carbono, basado en la naturaleza, circular y resiliente, la organización ayuda a los gobiernos locales y regionales a pensar de manera integral y adoptar un enfoque integrado para el desarrollo urbano sostenible.
“Brasil es un líder mundial en el acceso a los recursos genéticos y la distribución de beneficios y ya ha implementado una legislación nacional que puede servir de inspiración para otros países. Al ratificar el Protocolo de Nagoya, Brasil puede ayudar a asegurar su compromiso con la conservación de la biodiversidad y el respeto por el conocimiento tradicional de sus pueblos indígenas y comunidades locales ”, comenta Elizabeth Maruma Mrema, Secretaria Ejecutiva del CDB.
Nuevo acuerdo por la naturaleza y las personas
Según António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas (ONU), estamos en un «punto de quiebre» para el clima, lo que hace que el año 2021 sea decisivo para la preservación de la biodiversidad.
El Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020 y los respectivos Objetivos de Aichi han concluido su ciclo y se adoptará un Nuevo Marco Mundial para la Diversidad Biológica durante la 15ª Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP15), en octubre de este año.
En este contexto y comprendiendo la necesidad latente de construir un futuro sostenible, WWF, en alianza con ICLEI America del Sur, lanzó la campaña Nuevo Acuerdo por la Naturaleza y las Personas.
La iniciativa busca contribuir, expandir y fortalecer, a través de webinars técnicos, el papel de los gobiernos subnacionales brasileños en el proceso de definición del Nuevo Marco Global de Biodiversidad y la posterior implementación de las metas globales del Nuevo Marco Post-2020. Para ello, apunta a 2030 alcanzar los objetivos de cero pérdida de hábitat, cero extinción de especies y una reducción a la mitad de la huella ecológica de la producción y el consumo.
Son necesarias metas ambiciosas para lograr avances significativos y los gobiernos locales figuran como protagonistas de este proceso. Las contribuciones nacionales por sí solas no son suficientes para alcanzar estos objetivos, y se necesitan esfuerzos conjuntos para lograr cambios sistémicos, asegurando una transición hacia un futuro más sostenible, bajo en carbono, basado en la naturaleza, equitativo, resiliente y circular.
El próximo webinar temático de la campaña tendrá lugar el 22 de abril a las 4:30 pm y tendrá como tema: Áreas Locales Protegidas, Unidades de Conservación y Conectividad. El evento será transmitido en vivo por el canal de Youtube de ICLEI America del Sur, en este enlace.
Otras iniciativas de ICLEI America del Sur
ICLEI desarrolla proyectos para mejorar el uso y manejo de los recursos naturales en las ciudades y contribuir al mejoramiento de las condiciones para que los gobiernos locales puedan actuar en la conservación y manejo de la biodiversidad.
Con el fin de estimular un crecimiento más equilibrado y sostenible en las ciudades, el proyecto INTERACT-Bio propone mejorar el uso y la gestión de la naturaleza en las ciudades que experimentan un rápido crecimiento y en sus regiones vecinas.
El proyecto proporciona la creación de soluciones para un camino de desarrollo resiliente y más sostenible, que abarca los esfuerzos de los gobiernos subnacionales. En Brasil, las regiones metropolitanas participantes son Belo Horizonte, Campinas y Londrina. Además, países como India y Tanzania también forman parte del proyecto, que tiene como objetivo incorporar aspectos de la biodiversidad en los instrumentos de planificación, con el fin de promover un desarrollo más equilibrado con las comunidades urbanas.
Otro ejemplo es el proyecto Áreas Protegidas Locales , presente en países que albergan refugios de biodiversidad de importancia mundial, como Brasil, Colombia, Ecuador y Perú.
Implementado por Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH, en asociación con ICLEI – Gobiernos Locales para la Sostenibilidad y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el proyecto ayuda a los gobiernos locales a asumir roles relevantes en la gestión de áreas protegidas y áreas de conservación, compartir buenas prácticas y fortalecer la capacidad de gobernanza a nivel local.